El acrónimo WEEE (Waste Electrical and Electronic Equipment) indica todos los residuos que contienen componentes eléctricos y electrónicos y, por tanto, no pueden eliminarse como residuos comunes sin clasificar, sino que deben tratarse en centros de reciclaje específicos, para evitar el riesgo de contaminación ambiental y Objetos dispersos en la naturaleza o de vertedero que, por su composición, presentan tiempos de degradación extremadamente largos.
Cómo se clasifican los RAEE
Los RAEE son un reto importante para el sector del reciclaje, ya que en esta categoría se incluyen los residuos de muchos objetos cotidianos que inevitablemente quedan obsoletos o que en cualquier caso se descomponen y deben ser reemplazados y eliminados con relativa frecuencia.
Una primera clasificación divide los RAEE en dos grandes categorías:
- RAEE domésticos, es decir, desperdicio de artículos utilizados en el hogar
- RAEE profesionales, es decir, residuos de objetos utilizados fuera del hogar, dentro de oficinas, plantas de producción, en el sector de la restauración, etc.
Es inmediatamente obvio que esta clasificación no se refiere al tipo de objetos a tratar, sino solo al contexto en el que fueron utilizados. Sin embargo, en cuanto al tipo de RAEE, la legislación indica 5 familias principales:
- R1 – Equipo de refrigeración: esta categoría incluye refrigeradores, congeladores y aparatos de refrigeración industriales o profesionales, así como aparatos de aire acondicionado.
- R2 – Blancos grandes: esta categoría incluye todos los electrodomésticos grandes como lavadoras, secadoras, lavavajillas u hornos microondas, sistemas de calefacción y calderas.
- R3 – Televisores y monitores: se incluyen en esta categoría los monitores de cristal líquido y todo tipo de televisores (tubo de rayos catódicos, LCD de pantalla plana y plasma).
- R4 – Pequeños electrodomésticos, electrónica de consumo, tecnologías de la información y la comunicación, equipos de iluminación y más: este grupo engloba una gran variedad de RAEE, ya que engloba todos los aparatos eléctricos de uso habitual en el hogar (planchas, batidoras, tostadora …) pero también dispositivos y accesorios para tecnologías de la información (impresoras, portátiles, centrales informáticas, ratones, teclados), paneles solares, teléfonos de todo tipo, muchas de las herramientas utilizadas para pequeñas reparaciones o mantenimiento de electrodomésticos (cortadoras de césped, taladros, equipos de pulverización …) , material deportivo equipado con componentes eléctricos o electrónicos y muchos otros objetos de uso diario.
- R5 – Fuentes de luz: las lámparas LED, de descarga, fluorescentes y de neón se incluyen en la última categoría de RAEE.
Esta breve lista es suficiente para demostrar lo importante que es tratar correctamente los RAEE: cada uno de nosotros produce anualmente una gran cantidad de este tipo de residuos, que deben ser gestionados correctamente para no causar daños medioambientales. También por esta razón, la Comunidad Europea ha emitido varias regulaciones, luego implementadas por países miembros individuales, que indican cómo gestionar los residuos de equipos eléctricos y electrónicos mediante la creación de un círculo virtuoso que tiene como objetivo:
- Limitar al máximo la producción de RAEE favoreciendo la recuperación y reciclaje de dispositivos eléctricos y electrónicos
- Producir objetos con un mejor perfil ambiental, minimizando la presencia de sustancias peligrosas dentro del equipo.
- Trate los RAEE correctamente una vez que se eliminen
Es importante subrayar que los RAEE pequeños son sólo aparentemente “más inofensivos” que los RAEE grandes y que, de hecho, son ellos quienes corren el mayor riesgo de ser eliminados incorrectamente. Normalmente, de hecho, quienes compran un gran electrodoméstico nuevo ejercen su derecho a pedir al minorista que recoja el viejo, que luego se envía a un centro de disposición, mientras que es más común que los objetos pequeños como lámparas, teléfonos y electrodomésticos se descarguen. simplemente desecharse junto con los desechos sin clasificar. Para evitar que esto suceda, es importante que todos estén informados sobre las formas correctas de eliminación de los RAEE y la importancia de entregarlos en centros especializados o devolverlos a los comercios que luego se encargarán de enviarlos a las plantas capaces de tratarlos.
Cómo se reciclan los RAEE
Una vez recogidos por separado, los RAEE son tratados en centros especializados, que deben contar con la autorización para gestionar residuos de este tipo y que deben demostrar que son capaces de utilizar “las mejores técnicas de tratamiento, recuperación y reciclaje disponibles“, tal y como indica la normativa vigente. el sector.
Las fases de tratamiento de los RAEE son muchas y varían según el tipo de residuo tratado, pero generalmente involucran al menos cinco fases diferentes:
- Almacenamiento de residuos, pendiente de su tratamiento
- Seguridad (recuperación), es decir, eliminación de componentes peligrosos (refrigerantes, mercurio, etc.)
- Trituración de residuos para reducir su tamaño
- Separación de materiales, o subdivisión de los principales componentes (plástico, metales ferrosos, metales no ferrosos …) que constituyen el residuo
- Recuperación de materiales o diferenciación de los materiales individuales presentes.
Se calcula que de esta forma es posible recuperar y reciclar el 80% de los materiales que componen los RAEE (que también contienen pequeñas pero importantes cantidades de metales preciosos como oro, plata o cobre) haciéndolos nuevamente utilizables para nuevas aplicaciones.
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