La legislación vigente establece que todos los RAEE (Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) se dividen en dos macrocategorías:
- RAEE domésticos, utilizados en el hogar
- RAEE profesional, utilizado en el lugar de trabajo
Es importante subrayar que esta macrodivisión no concierne al tipo de residuo, sino solo a su contexto de uso. El ordenador que cada uno de nosotros utiliza en casa está clasificado, en el momento de su eliminación, como RAEE doméstico, pero si el mismo modelo de dispositivo electrónico se compra y se utiliza en una oficina, en el momento de su eliminación sigue siendo clasificado como RAEE profesional, incluso si desde todos los puntos de vista los dos objetos son absolutamente idénticos.
Cómo se eliminan los RAEE domésticos
Los RAEE domésticos se pueden eliminar correctamente siguiendo dos canales principales:
- colocándolos en las áreas de acopio gestionadas por los Municipios
- devolviéndolos a los comercios, quienes los almacenarán temporalmente y los enviarán a centros especializados en su tratamiento.
En el primer caso, la concesión puede ser realizada directamente por ciudadanos individuales en las áreas designadas presentes en el término municipal. La ley establece normas precisas sobre los métodos de recogida de RAEE domésticos por parte de los Municipios, todo ello encaminado a favorecer la diferenciación de este tipo de residuos y su correcto tratamiento. En concreto, la normativa destaca que “Los municipios deben asegurar la funcionalidad y adecuación, debido a la densidad de población, de los sistemas de recogida selectiva de RAEE de viviendas particulares y la accesibilidad a los correspondientes centros de recogida” y que la recogida de RAEE producidos dentro del El término municipal debe ser siempre gratuito. Si un municipio no cuenta con un centro de acopio adecuado, se requiere la celebración de convenios con los municipios vecinos para que sus ciudadanos tengan un espacio en el que entregar sus residuos.
La segunda posibilidad es devolver los RAEE directamente a quienes los revenden.
Este método de eliminación es el que todos usamos, por lo general, cuando compramos un nuevo gran electrodoméstico (como un refrigerador o una lavadora) y, en el momento de la entrega, le pedimos al minorista que se lleve el viejo dispositivo que ya no usamos. Este método, que toma el nombre de “uno a uno“, establece que el minorista se compromete a hacerse cargo de la eliminación gratuita de un RAEE por cada nuevo aparato que venda.
No todo el mundo sabe, sin embargo, que desde hace algunos años una ley obliga a todos los minoristas con un área de venta al por menor de más de 400 metros cuadrados a recolectar todos los RAEE domésticos pequeños de forma gratuita, incluso si quienes los devuelven no compran ningún producto nuevo (“uno contra cero”). Esta regla se introdujo para alentar a las personas a clasificar los RAEE domésticos pequeños, que actualmente tienen la tasa de retorno más baja. A menudo, de hecho, los pequeños residuos electrónicos se eliminan como residuos sin clasificar, y este mal hábito puede tener graves consecuencias desde el punto de vista de la contaminación ambiental y los riesgos para la salud; además, de esta forma no se explotan importantes materiales y recursos que, de ser recuperados, podrían ser reutilizados y que en cambio terminan indiscriminadamente en vertederos, donde permanecen por periodos de tiempo muy prolongados.
Cómo se eliminan los RAEE profesionales
La eliminación de RAEE profesional requiere una atención especial, porque la empresa u organización que produjo los residuos debe poder demostrar que se han eliminado correctamente, bajo pena de incurrir en sanciones.
El problema del tratamiento de RAEE profesionales se siente particularmente porque todas las actividades de producción utilizan una gran cantidad de dispositivos electrónicos: computadoras y monitores, fotocopiadoras, escáneres y otras herramientas de trabajo, pero también objetos como acondicionadores de aire, refrigeradores pequeños puestos a disposición de los empleados, máquinas de café, etc., que, por su naturaleza, se están volviendo obsoletas rápidamente y necesitan ser reemplazadas con frecuencia. Una empresa que emplea a decenas de empleados y proporciona a cada uno de ellos una computadora y otras herramientas de trabajo esenciales, inevitablemente tiene que reemplazar muchos dispositivos electrónicos cada año, produciendo así una gran cantidad de RAEE cuya eliminación debe seguir siendo rastreable.
Los RAEE profesionales, a diferencia de los RAEE domésticos, no pueden entregarse en las parcelas municipales, sino que deben entregarse a operadores especializados que emiten una declaración en la que confirman que se han hecho cargo de los objetos y comunican los datos relativos a la planta de tratamiento en la que van a ser entregado para ser procesado. Habitualmente estos operadores también rellenan el Formulario de Identificación de Residuos, que es necesario para diferenciar los distintos RAEE entre sí y favorecer su correcto tratamiento una vez que han sido entregados en el centro de disposición autorizado.
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