Las plantas de compostaje desempeñan un papel muy especial en la cadena de reciclaje: su tarea es, de hecho, tratar los residuos orgánicos, que representan un componente muy significativo (equivalente a aproximadamente el 20%) de todos los residuos producidos en nuestras ciudades. Los residuos orgánicos tienen características completamente diferentes a los residuos inorgánicos (ya sean RSU, plástico, RAE u otros), por lo que requieren tratamientos específicos que permitan su valorización y valorización.
Una adecuada gestión de la fracción orgánica de los residuos permite obtener, al final del proceso, compost (también conocido como "mejorador de suelos compostado"), un abono orgánico muy utilizado tanto en el sector de los viveros como en la agricultura gracias a su gran riqueza en cuanto a concentración de nutrientes.Cómo funciona una planta de compostaje
Una planta de compostaje industrial "imita" el proceso natural de descomposición de la materia orgánica, pero actúa de forma más rápida y, sobre todo, más controlada, con el fin de ofrecer mayores garantías tanto en términos de calidad del compost producido como de protección de la salud pública.
El proceso de compostaje consiste en separar los residuos orgánicos, de los usuarios mediante una recogida selectiva, hasta llegar a las plantas de eliminación donde se someten a una primera fase de mezcla, necesaria para que el material a tratar sea lo más uniforme posible. Los residuos preparados de esta manera se envían a contenedores especiales (biomontes, biocélulas, contenedores...) cuya temperatura, nivel de humedad y concentración de oxígeno se pueden controlar. Este depósito en atmósfera controlada permite crear las condiciones óptimas para la oxidación de la materia orgánica, que es llevada a cabo por microorganismos, hongos y bacterias particulares. Este proceso conduce, en un período de tiempo predefinido, a la descomposición de los residuos y a la producción de compost biológicamente estable y rico en nutrientes, que por lo tanto es adecuado para su uso posterior en la agricultura.
El material orgánico, a medida que se degrada, reduce su volumen, por lo que se traslada de los contenedores originales a zonas especiales de la planta denominadas "zonas de maduración" y "zonas de almacenamiento", donde permanece durante periodos de tiempo predefinidos, completando su transformación en compost. Al final del proceso, el compost se tamiza, necesario para separar los componentes que no se han descompuesto adecuadamente, y finalmente sale de la planta; el material que no pasa la fase final de cribado, en cambio, puede recuperarse y enviarse a un nuevo ciclo de compostaje.
Todas las plantas de compostaje también están equipadas con colectores especiales, aspiradoras y filtros biológicos que le permiten controlar la calidad del aire que se emite, para limitar el impacto de la planta en el medio ambiente circundante. De hecho, la oxidación de los materiales orgánicos, aunque es un proceso natural que no requiere el uso de sustancias tóxicas, sigue generando olores desagradables que deben ser controlados y gestionados adecuadamente.
Máquinas y plantas de compostaje CAMEC
El catálogo de CAMEC alberga varias máquinas capaces de completar eficazmente el equipamiento de una planta de compostaje. Entre ellos podemos mencionar:
Gracias a las amplias posibilidades de personalización, todas las máquinas CAMEC pueden modificarse en función de las necesidades del cliente, para adaptarse a sus necesidades e integrarse perfectamente con los demás sistemas de tratamiento de residuos ya presentes en la planta. Esto permite utilizar nuestras soluciones de gestión de residuos incluso en un contexto particular y desafiante como el de una planta de compostaje, obteniendo siempre resultados satisfactorios en términos de seguridad y calidad.
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